viernes, 13 de julio de 2007

1.Viaje a las profundidades de Bolivia y Guatemala. Comienza el viaje…


Con Patricia, mi compañera, y unos niños indígenas guatemaltecos


El 24 de abril de este año me embarqué en un viaje maratoniano por Bolivia y Guatemala. Tenía dos semanas y dos objetivos: conocer las comunidades con las que la ONG World Vision pronto comenzará nuevos programas de desarrollo y comprobar los avances de los proyectos que se realizan en las comunidades de Guatemala, de donde es Blanca, la niña que tengo apadrinada desde hace tres años.

Este era mi primer viaje a Bolivia y el segundo a Guatemala. Sabía de antemano que en ambos países iba a visitar comunidades indígenas que viven en regiones apartadas y en una situación preocupante de pobreza… Y que los trayectos en coche serían una paliza de horas y horas por caminos de sin asfaltar.

Sin embargo, nunca pude imaginarme lo impactante que iba a ser el viaje y el esfuerzo emocional que supondría conocer las historias de cada uno de los habitantes de las comunidades que visitamos.

La Bolivia que conocí fue una Bolivia pobre y muy olvidada. A diferencia de la mayoría de viajeros, que recorren el altiplano, yo recorrí el suroeste del departamento de Santa Cruz, en la zona limítrofe con Argentina y Paraguay. Una región en la que a penas un poco más del 2% de la población tiene cubiertos todos los servicios básicos y en la que el 85% (según cifras oficiales) no tienen servicios de agua y saneamiento. Un lugar alejado, sin agua limpia, sin alimentos y con una amenaza constante: el Mal de Chagas, una enfermedad sin cura ni tratamiento que se transmite por la picadura de un insecto.

Mientras que en Bolivia mi objetivo fue conocer la realidad de la población que necesita urgentemente la máxima ayuda que podamos darles, en Guatemala el objetivo era comprobar los avances del trabajo que World Vision España realiza desde hace ya casi tres años gracias al aporte de los padrinos españoles.

Este era mi segundo viaje a Guatemala y por tanto estaba ansioso por ver los cambios que se habían logrado en las montañas del departamento de San Marcos (muy cerca de Chiapas, México), donde más del 60% de la población vive en la pobreza extrema….La verdad es que fue muy satisfactorio ver el impacto que tienen las ayudas en estas familias, os lo contaré con detalle más adelante.

Si quieres unirte a mí, apadrinando a los niños y así ayudar a las comunidades que he visitado entra en http://www.apadrinamiento.es/.